sábado, 16 de junio de 2012

Mi cerebro no me quiere

Llegados a este momento del día me encuentro saturada; es como si mi cerebro, por más que yo lo forzase, se negara a tener actividad. Me siento como un zombie, hasta mi cara dice que soy un zombie, pero, por ahora, no tengo ganas de comerme a nadie.
Mi cuerpo ya no responde a mis órdenes, hace lo que quiere y cuando quiere. Mi cerebro se ha revelado, dice que lo fuerzo demasiado y quiere vacaciones y ¡ojalá pudiera dárselas! Pero, por ahora, tendrá que seguir conformándose con lo que hay y yo tendré que seguir soportando que no quiera moverme los brazos o las piernas.
Vivo en un continuo mano a mano en el que nunca se sabe quien va a ganar. A veces, tomo la delantera y consigo aprovecharme de él durante un rato pero en cuanto se da cuenta, se duerme y me dice que vaya disminuyendo la intensidad.
Intento no hacerle caso pero el muy cabrón me empieza a regalar dolores en la mano y claro, sintetizar sin una mano es un poco complicado así que paro. Luego, vuelvo a intentarlo, y nada, esta vez no quiere trabajar bajo ningún concepto así que me abandono al estado zombie.
Sé que pronto llegaremos a un acuerdo, o eso espero, porque si no me temo que algún día acabará escribiendo mi cerebro por mí y estoy segura de que no queréis saber lo que tiene decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Leave a soul