domingo, 25 de noviembre de 2012

Violencia de género

Se abre la puerta de casa. Nada más adentrarse en la estancia puedo oler el alcohol.

-No, por favor, otra noche más no-pienso
Se acerca a mí para darme un beso y yo no me opongo.
-Bueeeeno, ¿qué me vas a hacer de cena?- me pregunta
-He hecho empanada.
-¿Emapanada? Yo no quiero esa puta mierda que cocinas. Anda, hazme un buen filete
-Pero es que la carne...
-¡Pero es que nada! Hazme un puto filete te he dicho.
-No puedo, la carne está congelada.

 Se acerca como una fiera y me da una bofetada. Puedo sentir como me late la mejilla y noto que empieza a inflamarse la zona. Me voy corriendo a la habitación antes de que la cosa vaya a más pero él me persigue hecho un energúmeno.
 -¡No huyas!- me grita

 Ya no puedo aguantar más esto, él me alcanza y empiezo a llorar suplicándole que no me pegue más pero no hace caso. Me tira al suelo y empieza a darme patadas en el estómago. Yo intento protegerme la barriga con las manos, no quiero perder al niño que estoy esperando.
-Por favor, para. ¡Estoy embarazada!-le suplico
De repente parece que él reacciona y durante un segundo puedo notar compansión en su mirada pero no dura mucho. Me levanta del suelo tirándome del pelo y me  tumba en la cama.
Se baja los pantalones y me abre las piernas, yo intento oponerme pero me agarra los brazos y me penetra. Lucho todo lo que puedo moviéndome bajo su peso e intentando golpearle pero es imposible hacer nada, así que me dejo hacer entre lágrimas.
Cuando acaba se mete en la ducha y yo me quedo dolorida, tirada en la cama. Esto tiene que acabar, ya no puedo soportarlo más, por el bien del bebé.
Cojo el teléfono y marco el número de la policía, les pido por favor que vengan, que mi marido está fuera de sí pero me dicen que tengo que ir a comisaria a poner la denuncia. Me dispongo a vestirme cuando entra en la habitación.
-¿Qué haces?- me pregunta
-Voy a ver a mi madre
-¿Ahora? No, te quedas aquí
-Por favor, tengo que ir a verla
-¡He dicho que no!-me dice agarrándome por el brazo.
Vuelve a tirarme al suelo y esta vez no se detiene ante mis súplicas. Recibo patadas y pisotones por todos lados. Puedo sentir su furia en cada patada.
Empiezo a plantearme cómo hemos llegado a este punto, con lo bien que estábamos al principio, él me quiere, yo también, antes era bueno conmigo.
En ese momento siento un fuerte dolor en la cabeza y noto como algo se va apagando dentro de mí.
-¡No! Ana, no te mueras- puedo escuchar en la lejanía
Creo que es demasiado tarde, ya no tiene arreglo.




Con todo esto quiero decir que si te pega no te quiere, por más que intentes convencerte a ti misma de que sí. Las cosas ya no son como antes y no puedes arreglarlo.
La única solución es denunciar y seguir con tu vida, darte una oportunidad porque por más que te diga tú no eres menos que nadie y no mereces ese trato.
A la primera bofetada, al primer insulto y al primer signo de desprecio tienes que reaccionar, no des oportunidades, él no se las merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Leave a soul