martes, 6 de agosto de 2013

.

Martes, 6 de agosto.
Parece mentira que hayan pasado ya ¿2?¿3? años. Ni me acuerdo ya en que año sucedió. Soy pésima con las fechas, de hecho, ni siquiera recordaba que era hoy de no ser por mi madre.
Un día normal, como otro cualquiera, nada especial, nada concreto. Realmente, me acuerdo más en otros momentos que son aún menos especiales. Así soy yo, admirando lo extraordinario, pero eso tú ya lo sabes.
Ni siquiera te gustaría que hoy pensara en ti, probablemente, no te gustaría que pensara en ti nunca. Te conozco, me conoces. En parte porque llevo algo de ti, aunque no lo parezca, aunque parezca que somos completamente lo opuesto, nos parecemos. Es culpa tuya que sea así, sí, no te asombres, tú lo sabes. Tienes la culpa de todo, hasta hiciste que no fuera un completo desastre y me quedara en desastre a secas.
Ese día marcó un punto y aparte en mi vida, eso también es tu culpa. Incluso ahora tienes la culpa de muchas cosas, o más bien debería hablar de influencia. Sí, eso. Tu influencia aún persiste en mí. Quizá por eso este día tiene tan poca importancia, quizá por eso hoy no me acuerde de ti, quizá sea ese el motivo por el que no puedo decirte adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Leave a soul