viernes, 4 de julio de 2014

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Cierra los ojos y comienza a caminar.
La lluvia cae sobre tu cuerpo de forma tan violenta que casi parece querer atravesarte. No la combatas, prosigue tu camino.
Haz caso omiso a los gritos de los niños que juegan en el parque, a los ladridos de los perros y a las risitas de los enamorados. Continúa caminando. No te preocupes, no te dejaré solo.
Céntrate en lo que estás percibiendo, agudiza tus sentidos, toca, huele, escucha más allá de lo que se puede oír.
Ya estás llegando. El aire se vuelve más frío, la lluvia cesa. Todo lo que te rodea ahora es nuevo para ti.
Abre los ojos.
¿Sientes algo diferente? Ya has llegado. No abras los ojos aún.Sigue caminando.