sábado, 28 de diciembre de 2013

Ayudar

Creo que una de las cosas que más me frustra es el no poder ayudar a alguien, especialmente a alguien que me importa.
Hay momentos en los que ves a alguien hecho polvo, con la moral por los suelos e intentas decir las cosas que en ese momento crees que le ayudarán más y empiezas a elaborar un discurso precioso.Vas soltando tu rollo con voz lenta, acariciando su cabeza, con abrazos... pero ves que esa persona sigue exactamente igual. Empiezas a pensar soluciones reales a su problema, se las vas diciendo y aún así esa persona sigue rechazando tu ayuda. Entráis en un círculo vicioso de: -¿Y si...? -No.
Poco a poco tu paciencia se va agotando, tus ideas se van acabando y la otra persona cada vez se desespera más. En esos momentos yo me planteo cuál es la verdadera solución a esos típicos días en los que todo lo ves mal y da igual lo que te digan, tú sigues erre que erre con que todo es una mierda.
Sinceramente, pienso que esos días son una mierda para el que está mal y para los que le rodean y al final todos acaban mal, ya sea por no poder ayudar o por no tener en cuenta la ayuda.
Y así comienza mi frustración y mis ganas de pegarle una buena bofetada a la otra persona y gritarle: ¡Espabila!, pero entonces... te acuerdas de los días en los que tú estuviste así y en todos los: "déjame", "eso no sirve de nada" y "no lo entiendes" que soltaste a alguien que estaba igual de frustrado que yo ahora mismo.