jueves, 14 de febrero de 2013

El libro

Entró en la biblioteca mientras cerraba la puerta con cuidado. Se dirigió a la estanterías y empezó a buscar entre los cientos de libros aquel que ella necesitaba, no tenía mucho tiempo así que iba buscando y ordenando al mismo tiempo para que luego nadie se diera cuenta de que habían tocado los libros. A los 10 minutos de búsqueda, cuando ya empezaba a darse por vencida, vio algo que le llamó la atención. Se acercó y sacó un libro que no tenía tapas, era simplemente un montón de hojas que estaban cosidas, sí, cosidas con un hilo bastante gordo.
Pasó las manos por el hilo, tratando de averiguar cómo habrían conseguido coser tantas páginas sin que se dañara ninguna y se dio cuenta de que el hilo tenía pequeñas puntitas metálicas a modo de puntas de aguja. De repente, empezaron a caer gotas rojas encima del libro.
-No, no. Esto no puede estar pasando-se dijo
Rápidamente apartó la mano y se dio cuenta de que le sangraban los dedos. Se quedó mirando la página manchada y vio como las gotas de sangre desaparecían, parecía que la hoja las estuviese absorbiendo. Justo cuando iba a examinar más detenidamente el material de las hojas escuchó como alguien movía las llaves en la cerradura. Fue corriendo a esconderse en un armario e intentó no hacer ningún ruido.
La puerta se abrió y Juan entró en la biblioteca. Empezó a caminar lentamente entre las estanterías y se paró delante de la que contenía el libro que Ana había estado mirando.
Ana intentaba contener la respiración dentro del armario

Hola, Ana-dijo él- Seguramente no sepas lo que has hecho al darle tu sangre pero puedo asegurarte que ahora no podrás escapar.